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VIDEORRESEÑA I El incienso de los espíritus, de Victoria Álvarez. Por Ana Segarra

por | Sep 29, 2020 | Libros de Aventuras, Libros de literatura española e hispanoamericana, videorreseña | 0 Comentarios

Hola a todos y a todas, bienvenidos a un nuevo vídeo. Yo soy Ana Segarra y este es el canal de Libros y Literatura

Ya ni me acuerdo de cuánto tiempo hacía que no me sentaba aquí delante de la cámara. Y es que como os dije en el último vídeo, yo creo que fue, me iba unos días de vacaciones, entonces dejé grabados unos cuantos vídeos antes de irme de viaje. Pero la verdad es que desde que volví, que ya volví hace bastantes días porque volví el veintipico de octubre, o sea, hace un mes, pues la verdad es que no había sacado tiempo para sentarme y poneros un poco al día. Tampoco es que me haya dado tiempo a leer muchísimo durante este mes, la verdad. Además vengo hablaros de un libro que me llevé al viaje porque tenía muchísimas ganas de leerlo, acababa de salir a la venta y no podía esperar más. Pero lo cierto es que no me lo leí en el viaje porque durante el viaje leí La habitación, que lo tenía en el iPad y era más cómodo leerlo en el avión y demás por la luz. Entonces dejé este libro para cuando volviera de vacaciones y ya pudiera leerlo bien y con ganas.

Lo cierto es que ha sido un periodo necesario de descanso del canal, por decirlo de alguna forma, porque ya os digo, tenía muchísimo trabajo atrasado. Me salió mucho trabajo durante las vacaciones y la verdad es que volver de vacaciones con todo lo que pasó en esos días (si no habéis visto las redes sociales y demás, es que básicamente me casé en Las Vegas). Bueno, pues con todo lo que pasó allí y eso, pues la verdad es que volver a la rutina y volver a la vida real está siendo algo complicado, digo «está siendo» porque todavía me dura, no sé, la resaca emocional del viaje. Y bueno, en fin, que yo venía aquí hablaros de libros y como habréis visto en el título hoy vengo a hablaros de El incienso de los espíritus, de Victoria Álvarez. Es el último libro publicado por esta autora que ya conoceréis porque hablo mucho de ella en el canal. Y es que esta es la tercera parte de la saga Helena Lennox que os la quería enseñar porque ya os he hablado alguna vez de ella aquí en el canal, pero resulta que ahora mismo sólo tengo aquí en casa la segunda parte, porque la primera se la he dejado a mi abuela, que está conociendo por fin a Helena Lennox.

Y bueno, pues en definitiva, que no os los puedo enseñar todos juntos y es una pena, pero bueno, si habéis llegado hasta aquí, probablemente sea porque ya conocéis a Helena Lennox, ya habéis leído las dos entregas anteriores y por lo tanto si yo hablo de la primera y de la segunda parte, se supone que no voy a hacer ningún spoiler porque ya sabéis qué ocurre en esos dos libros; porque no me gustaría tener que censurarme y no poder hablar de cómo hemos llegado hasta aquí. Así que bueno, si… si no los habéis leído mejor id el vídeo en el que hablo de esos dos libros, y sin spoilers, por supuesto. Y ya después, cuando los leáis, si queréis os pasáis por aqué para ver qué opino de El incienso de los espíritus.

Bueno, la verdad es que yo tenía muchísimas ganas de leerlo porque he leído varios libros de esta autora y el último que leí fue La voz de Amunet, que fue el libro que sacó, si no me equivoco, en marzo o en abril de este año, para la Feria del Libro, más o menos. La Voz de Amunet me dejó con tantas ganas de más… O sea, me gustó tantísimo, que claro, si yo ya tenía ganas de terminar la saga de Helena Lennox, después de leer Amunet era como que necesitaba seguir leyendo cosas de esta autora. Por eso, entre medias, me leí también la primera parte de Dreaming Spires, que la tengo por ahí; me compré la segunda parte, me compré también Las eternas, y las tengo ahí, porque yo sabía que la resaca emocional que me iba a dejar Helena Lennox sólo se iba a poder curar con otra novela de Victoria Álvarez.

Como ya sabéis, es una saga en la que la protagonista es una joven arqueóloga que tiene como cierta atracción para las fatalidades. Y es que parece ser que todo se vuelve en su contra y el destino siempre la pone en el peor lugar, pero justo en el sitio donde tiene que estar para solucionar ciertos problemas. En este caso nos vamos al Japón de los años veinte y nos vamos de la mano de Arshad y de su padre. Ya sabemos que Dora en la última parte, en la última entrega, desaparecía sin dejar rastro. Nadie sabía dónde había ido a parar Dora. Entonces Helena, la verdad es que ahora está muy resentida con ella por… porque siente que la ha abandonado, tanto a ella como a su padre. Entonces, bueno, para ella irá a Japón sin su madre es como una especie de venganza, por decirlo alguna forma, y también su forma de demostrar que ella puede ser como su madre. Es muy curiosa la relación de esta madre hija, porque Dora es como la perfección y Helena es un desastre. Entonces Helena en el fondo sabe que quiere parecerse a Dora, porque la admira, pero para ella es muy duro reconocerlo porque, en fin, es su madre. Y encima es Dora, que es la reina del recochineo, que es que se lo echa en cara siempre.

Pero bueno, entonces comenzamos en Nueva York y nos vamos corriendo a Japón porque el Museo Británico necesita a alguien que se encargue de traer unos quimonos hasta Londres, quimonos que valen una fortuna y que bueno, pues necesitan una cierta protección. Y al Museo Británico no se le ocurre otra cosa que mandar a Lionel y a Helena. No sé, no había más gente, no, los manda a ellos. Y bueno, pues ya sabéis: el desastre. Llegan allí y resulta que hay misterios por todas partes, porque hay un incienso misterioso que atrae a los espíritus y a la vez hay muchas muertes que se van sucediendo y nadie sabe por qué. Y en definitiva, pues pasan muchas cosas que hacen que Helena corra peligro, tanto ella como su padre y su novio.

En fin, que pasa de todo. O sea, en este libro, (claro, es bastante gordito, da tiempo a que pase de todo). La… lo que más me gusta de Victoria Álvarez (aparte de su ambientación, que hablaré de ella ahora a continuación), lo que más me gusta es esa forma que tiene ella de mezclar lo místico con lo real, sin que parezca que lo está haciendo. Es decir, utiliza elementos místicos tan reales que el que lo está leyendo no piensa que está leyendo un libro de fantasía, ni muchísimo menos, porque tampoco es así. Pero esa misticidad que está detrás de todas las historias de Victoria Álvarez al final es lo que engancha, porque no se sabe muy bien en qué límite está lo real de lo irreal. En este libro, por ejemplo, ahí está a Arshad que… Jo es que lo pronuncio muy mal. Pero bueno, ahí está él que es muy místico y en cambio está Helena, que Helena es muy terrenal. Entonces es muy bonito ver cómo se van mezclando esas dos culturas y cómo van entendiendo los dos todo lo que pasa en el libro, tanto en este como en las entregas anteriores.

Como digo, en este caso hay un una leyenda que es la del incienso de los espíritus, que precisamente por eso se llama así el libro, que es donde vemos esa misticidad de la que hablo. No quiero hablar más de ello, no quiero explicar más porque no quiero meter la pata ni hacer ningún spoiler, pero simplemente lo dejo ahí. Y como sabemos, las muertes misteriosas son obligadas en los libros de Victoria, y como no iba a ser de otra forma, en este libro encontramos muchas, algunas que duelen más que otras. Algunas que dicen «Te voy a guardar rencor para toda la vida por esto» y que hace que al final pues… pues eso, pues que no puedas pagar de leer.

Vale, decía antes que una de las cosas que más me gusta de Victoria es esa misticidad, pero también me gusta mucho cómo ambienta los libros. Yo no suelo ser una persona que lea libros de grandes descripciones. Me gustan más los libros rápidos donde me importa más la historia que la ambientación, no sé cómo explicarlo. Son libros en los que no me importa la ambientación, porque la historia me hace pensar que puede ocurrir en cualquier parte del mundo, en cualquier momento de la existencia, entonces no necesito una ambientación, ¿vale? Pero en el caso de Victoria Álvarez, la ambientación es lo esencial. De hecho, nos vamos a un Japón de los años veinte que… vamos a ver, esto puede sonar a tontería, pero yo cuando pienso en el Japón de los años veinte bueno, pensaba (en pasado), la verdad es que mi mente se quedaba en blanco. No conseguía imaginarme nada. En cambio, me dices Estados Unidos en los años veinte, mi cabeza tiene un montón de información, ¿vale? Se imagina cosas. Pero Japón de los años veinte… Jamás había pensado que… No sé. O sea, no que existiera. Vale, pero ¿qué cosas había en el Japón de los años veinte? ¿No? ¿Qué… qué ropa llevaban, qué cultura tenían, cómo era su sociedad? Yo qué sé. Bueno, pues Victoria hace una labor tan profunda de documentación que después de leer este libro, el lector se imagina perfectamente cómo es el Japón de los años veinte. Entonces, eso es lo bonito de los libros de Victoria Álvarez,

Por otra parte, eso, esa descripción, esa forma de describir, a mí a veces no es que me resulte pesada, pero me saca un poco de la lectura. ¿Por qué? Porque no estoy acostumbrada a leer libros donde la ambientación es tan importante como decía antes. También es muy importante el momento en el que estás leyendo un determinado libro y yo ahora estoy en un momento en el que mi cabeza es incapaz de estar leyendo un libro y estar pensando todo el rato en lo que estoy leyendo. Es como que mi mente se evade enseguida y me he leído veinte páginas y no me he enterado de nada de lo que ha pasado. Me pasa muy a menudo, sobre todo cuando leo lecturas de recreo, podríamos decir. Lecturas, no por trabajo, sino porque me apetece leerlas de verdad. Y me pasa eso… que como no tengo que estar atenta porque no es cuestión de trabajo, pues al final me pierdo porque empiezo a pensar en todas las cosas que tengo que hacer, en todas las cosas que debería estar haciendo mientras leo… Y al final el resultado es siempre ese que… que me pierdo en lo que yo misma estoy leyendo y que mi mente se pone a divagar. Y esto en un libro donde la ambientación es tan importante, hay tanta descripción, pues al final pasa esto, que la mitad de las veces tenía que volver atrás porque no me estaba enterando de nada porque mi cabeza se perdía. No estoy diciendo que esto sea culpa del libro, ni muchísimo menos, sino que es lo que a mí me ha pasado con con El incienso de los espíritus. De hecho, también me pasó con La ciudad de las sombras, pero en cambio no me ocurrió con La voz de Amunet o con El príncipe de los prodigios. O sea, que no se debe a la forma de narrar de Victoria, sino que mi cabeza, en ciertos momentos de mi vida, pues está en un sitio más que en otro.

Pero bueno, valga decir que una vez que se llega al final de este libro, las últimas cincuenta páginas más o menos… Dios, es que cuando llegas a ese punto… O sea, si lo habéis leído, sabéis perfectamente de lo que estoy hablando. Ese momento… es que buah. Si os digo que lloré a lágrima viva, pero es que se me escuchaba llorar porque no podía parar de llorar. Es que supe que todo había merecido la pena. O sea, el haberme releído varias veces lo mismo porque no me enteraba, el volver atrás, el haber estado esperando tantos meses a que saliera este libro… Es que todo mereció la pena por esas cincuenta últimas páginas, por ese final que Victoria Álvarez nos ha dado y que te deja con ganas de más y te deja con ganas de querer saber qué ha pasado con Helena durante todos estos años. Porque si recordáis esta es la historia de una arqueóloga contándole su vida a su biógrafa, ¿no? Entonces estos libros resumen su juventud, cuando era una cría. Pero es que Helena Lennox después creció y tuvo una vida increíble, con guerras de por medio, con cosas alucinantes que ojalá Victoria dentro de unos años se atreviera a darnos… pues esom más de Helena Lennox, igual que hizo después de Dreaming Spires.

Hay una cosa que quiero comentar antes de terminar y es que le he dado muchas vueltas a esto de por qué engancha tanto la historia de Helena, y yo creo que es porque Helena es un personaje muy humano. Lo voy a comparar con Dora, con la Dora que sale en estos libros, no en Dreaming Spires, porque, como digo, solo he leído el primero, entonces sería injusto compararla con esto porque no los he leído, entonces ya lo haré cuando los lea. Pero si comparamos la Helena Lennox con la Dora que sale en esta trilogía, pues la verdad es que a Dora la vemos como un personaje, ¿cómo decirlo? Perfecto, ¿no? Porque ella es perfecta, y es tan perfecta que es incluso díficil de creer. Pero es que el personaje es así, es perfecto. A veces pasa. Yo qué sé, es un ejemplo muy tonto, ¿vale?, una comparación muy tonta, pero tú cuando lees El Quijote no te estás imaginando a El Quijote como una persona humana, te la estás imaginando como un personaje. A mí me pasa también con Harry Potter, ¿no? lo veo tan personificado que me cuesta pensar que es humano. En cambio, con Helena Lennox… Es tan humana, tiene tantos fallos, es tan tozuda, es tan humana que al final, cuando lo lees, no estás pensando en un personaje como Dora. Estás pensando en una chica de verdad que te está contando lo que ha vivido. Y yo creo que ahí está un poco la magia de Helena Lennox y por eso nos atrapada tanto, y por eso queremos tanto a Victoria y a sus libros, porque consigue hacer personajes, pues eso, que llegan y con los que te puedes sentir incluso identificado, ¿no?

Eso es lo que quería decir. Yo creo que ya me he explayado bastante después de estar tanto tiempo sin grabar, ahora me he sentado aquí y me ha salido un vídeo de, no sé, veinte minutos. No lo sé, tendré que recortar. Y nada, pues aprovecho para preguntaros que, nada, pues qué habéis leído durante este tiempo, si me recomendáis alguna lectura que hayáis leído y que os haya gustado muchísimo, si habéis leído a Victoria Álvarez. Bueno, esta pregunta ya la he hecho un millón de veces y siempre me contestáis, pero me gusta que me digáis que leéis a Victoria Álvarez y que… y que os gustan sus libros y… y nada. Pues ya me voy a despedir hasta el próximo vídeo que no sé cuando será, así que nada, pues nos vemos.

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