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VIDEORRESEÑA I El ladrón de ideas, de Michel Gallego Guillén. Por Ana Segarra

por | Sep 27, 2020 | videorreseña | 0 Comentarios

Hola a todos y a todas, bienvenidos a un nuevo video, yo soy Ana Segarra y este es el canal de Libros y Literatura.

Hoy vengo a hablaros de este libro que tengo aquí, que se llama El ladrón de ideas y está escrito por Michel Gallego Guillén. Al autor de este libro lo conocí por Twitter hace bastante tiempo y después dio la casualidad de que me enteré de que había editado con Titanium, que es la misma editorial con la que estoy editando yo ahora mismo, y la verdad es que durante este tiempo hemos hablado bastante porque, no sé, nos hemos hecho muy amigos. Me parece que tiene una vida muy interesante y hablamos muy a menudo. Entonces, cuando me enteré de que había sacado (de que iba a sacar) un nuevo libro, la verdad es que me interesé bastante por él.

El otro día me escribió y me dijo que le apetecía mucho comprarme el poemario y yo le dije «Bueno, pues por qué no intercambiamos libros. Me mandas tu el tuyo, que tengo muchas ganas de leerlo, yo te mando el poemario y así pues, tan amigos». El caso es que tengo que admitir que esto es algo que no hago muy a menudo porque, si bien es cierto que en Twitter me rodeo de una comunidad literaria muy grande, o sea, casi todas las personas a las que sigo en Twitter y que me siguen de vuelta son escritores, entonces me encantaría, de verdad que sí, me encantaría poder leer todo lo que escriben, todos sus proyectos, betear, ser lectora cero, hacer informes de lectura… Todo. Lo que pasa es que no tengo tiempo material para hacerlo. Entonces muchas veces no me puedo comprometer a leer libros de mis amigos de Twiter porque al final no me da tiempo ni me da la vida. Es cierto que cuando lo he hecho ha sido una experiencia muy positiva, al contrario de lo que pueda parecer, porque ¿no? a priori puedes pensar «bueno, es que igual… yo qué sé, si es tu amigo y ha hecho algo mal, no se lo vas a poder decir». Yo no soy así. De hecho, cuando yo leo libros de gente que conozco y que tengo confianza para decírselo, yo digo «Pues yo cambiaría esto, haría no sé qué…». Siempre desde la amistad y desde el consejo. Entonces bueno, creo que es una buena relación ¿no?, de retroalimentación, por decirlo alguna forma.

Bueno, el caso es que cuando a mí me llega este libro, lo dejo mi pila de pendientes, que es bastante larga, como todos sabéis, es muy grande, pero me leo la sinopsis (otra vez) y decidido adelantarlo, hacer trampas, y adelantar el libro y ponerlo de los primeros libros en mi lista de pendientes. El caso es que me lo leí la semana pasada, lo devoré en dos días, cosa que me dio pena porque dije «Jopé, me gustaría disfrutarlo durante más tiempo», pero no pude porque me enganchó muchísimo y me lo tuve que terminar. Pues eso en dos tardes del tirón me lo leí y ha sido una experiencia muy bonita, porque la idea es genial. Bueno, El ladrón de ideas digamos que se puede dividir en dos partes esenciales. Una parte es una chica que encuentra un libro en un tren y empieza a leer esa historia. Y la otra parte es la propia historia del ladrón de ideas. Este ladrón de ideas, como su propio nombre indica, es una persona que va robando ideas a otras personas, de forma que esas personas robadas no van a recordar esa idea que el ladrón les ha robado.

Es una idea muy, muy interesante (perdón si repito la palabra «idea» ochocientas veces. Lo voy a hacer, seguro). Pero bueno, como digo, es una idea bastante interesante porque… porque al final nos demuestra que las historias, las ideas, forman parte de nuestra vida de una manera innata. Y es una forma muy filosófica de tratar este tema a través también del recurso del cuento. Porque El ladrón de ideas, al final es como una especie de cuento con una moraleja muy interesante. Al final, muy bonito, muy delicado a la hora de estar escrito. Michel se lo toma muy en serio y tiene en cuenta todos los aspectos de la novela: Pues eso, el ritmo, (él quería que fuera un libro muy ágil de leer) en la profundidad de los pensamientos de los personajes, la división por una parte de la persona que está leyendo ese libro y de la persona que es protagonista de este libro. Entonces esto es muy interesante, me gustaría profundizar un poquitín más en ello, en el tema de los metalibros. El ladrón de ideas es un metalibro, porque al final lo que hace es que una persona va a leer un libro dentro del libro que tú te estás leyendo. Es una idea genial, pero que tiene un riesgo, un riesgo muy importante. Y es que el lector, o sea, que la persona que está aquí, con el libro entre las manos, no se crea a la persona que está leyendo el libro. Es un poco complicado de explicar así, con palabras. O sea, en mi mente lo tengo muy claro, pero no sé si lo estoy expresando bien. Es como que el autor tiene dos trabajos: hacer que el lector se crea la historia del libro que está dentro del libro y la historia del personaje que se está leyendo ese libro. Tiene que conseguir que el lector piense que es el que está leyendo el libro dentro del libro. Como resumen, es muy difícil hacerlo porque es muy complicado que el lector no se… no se salga, ¿no? de la historia. Y piense: «No, pues es que no me creo lo que me está contando. Yo no sentiría lo que siente esa persona cuando está leyendo el libro». En este caso, creo que lo consigue. Bueno, creo, no: estoy segura de que lo consigue, que el lector, cuando está con él, con el ladrón de ideas, se piensa realmente que es Laila porque tiene los mismos sentimientos que Laila. Por lo menos a mí me ha pasado y eso es algo que es muy bonito a la hora de leer porque al final te está metiendo, sin quererlo, en dos historias y por eso digo que es muy complicado de hacer. Yo la verdad es que he leído otro libro donde el metalibro era la esencia. Es este: Jóvenes poetas rebeldes. Yo creo que os he hablado de él en el canal. Ésta es una de las novelas con un metalibro de protagonista que a mí más me ha gustado. Lo leí hace varios años, hace… mira, hace cuatro años lo lee y eso, y la verdad es que me gustó mucho su ejecución. Bueno, pues el de Michel es todavía mejor porque le da más protagonismo a ese metalibro. Digamos que en este de Jóvenes poetas rebeldes es el hilo conductor, pero en el de Michel es el protagonista absoluto.

En definitiva, es un libro, como digo, que se lee superágil, que te mete de lleno en las dos historias, que te hace recapacitar, que te hace pensar, porque digamos que el ladrón de ideas roba esas ideas por algo en concreto, que no me gustaría explicar aquí porque creo que la sorpresa es más bonita si os la encontrais en el libro, y al final, pues es una experiencia muy bonita leer este libro. Porque es eso, es como leer un cuento, como meterse en una historieta con… con una moraleja final muy bonita y que pues… pues que bueno, pues que recuerda un poco a las antiguas historias.

Me parece que Michel ha hecho un trabajo fantástico con este libro. No lo digo desde la opinión de amiga, lo digo desde la opinión de lectora. Creo que ha hecho un trabajo muy bueno, con una estética muy cuidada. Le ha dado mucha importancia a eso, a la estética del libro. Se lo ha currado, se lo ha currado un montón. A veces lo… lo veo en Twitter y lo veo por ahí, pues ciertas opiniones que dicen que los autopublicados no merecen la pena, que los autopublicados no tienen calidad, que los autopublicados son obras que las editoriales no quieren, y a mí me enfada muchísimo, porque esto no es verdad. Tú puedes tener una obra magnífica, pero que no cuadre con ninguna editorial, que no sea lo que estén buscando en este momento. Eso no significa que tu obra sea mala. Significa que no cuadra ahora mismo con esa editorial. Pues puede ser que la editorial ya tenga el calendario hecho, que esté buscando otro tipo de novela, que tenga algo parecido. Puede ser que no le guste. También puede ser, por supuesto, pero eso no significa que tu obra sea mala. Es importante que aunque sea autopublicado pues hay que cuidar ciertas cosas de la novela, por ejemplo, eso, la estética: que tenga una buena portada, que tenga una buena maquetación, que esté cuidado por dentro, revisado una y mil veces. Esas cosas hacen que un autopublicado tenga calidad y no necesariamente necesitamos una editorial de por medio. Hay ciertos proyectos, yo creo que a Michel le pasó un poco con este, hay ciertos proyectos que sentimos que son especiales. O sea, todos los proyectos lo son, todos los libros son especiales, pero ciertos libros con los que pensamos «Tengo que hacer las cosas bien, tiene que salir perfecto, tiene que ser precioso, tiene, no sé…». Tenemos como ciertas ideas, ¿no?, cuando empezamos a escribir algo. Y… y siento que Michel lo ha tenido muy claro desde el principio con este libro. Entonces el resultado se ve, es evidente y por eso me ha gustado tanto, porque creo que lleva muchísimo trabajo detrás y eso se nota a la hora de leerlo.

En fin, yo ya voy a ir dejando el vídeo por aquí porque me he enrollado como las persianas, como siempre, pero me gustaría preguntaros si… si leéis auto publicados, qué pensáis de ellos, si tenéis alguna recomendación por aquí (siempre sabéis que os leo en los comentarios y me apunto vuestras recomendaciones). No sé, contadme lo que… lo que queráis y ya charlamos por los comentarios, y nos vemos en el próximo vídeo.

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